quienes somos

Evecoachpositive

Nació de mi para ti

Hace varios años me planteaba en mi maternidad la idea de poder hacer las cosas con mis hijas de una forma mas respetuosa y menos autoritaria. Era notorio que la forma en la que estaba ejerciendo la maternidad no era reflejo de lo que yo quería realmente ni tampoco iba encajada con lo que mis hijas me demandaban. No sabía cómo cambiar, no sabía por que hacía las cosas de esa manera y mucho menos imaginaba por donde empezar… Entonces llegó a mi la disciplina positiva. Comencé a indagar, leer, investigar y realicé cursos para padres. Fue un camino de descubrimiento, crecimiento y aprendizaje que no tendrá fin… y hace algún tiempo me plantee la idea, de dar eso que para mi había sido tan revelador, tan útil… 

Pensé en todos aquellos padres y madres que también podrían estar en mi posición, con tanta necesidad de escucha, de apoyo, del no juicio para si mismos y para sus hijos. Hice la formación para poder formar a padres en disciplina positiva y allí comenzó este camino. Así nació Evecoachpositive.

Disciplina positiva, algunos conceptos básicos

Como dice Jane Nelsen es su libro Disciplina Positiva, es importante saber el por qué lo hacemos antes de saber el cómo lo vamos hacer. Es primordial identificar donde estamos poniendo el foco y hacia donde queremos llegar y si lo que estamos buscando es un cambio.

Para mi uno de los cambios más grande fue aprender que el/la niño/a no aprendería sufriendo. Para aprender no hay que sufrir, no hay que temer. Un aprendizaje entendido como herramienta para el futuro, no se puede basar en el sufrimiento, la humillación.

Un fundamento importante de la disciplina positiva es comprender el desarrollo del niño, comprender cuál es el mensaje que se esconde detrás del comportamiento. Para poder entenderlo hay que validar su emoción, lo que él está sintiendo es válido y libre de sentirlo, mostrar empatía con ese sentimiento, quiere decir, que yo comprendo por lo que está pasando, no quiere decir que yo lo apruebe, que yo tenga que juzgarlo o no. En este punto nos puede ayudar compartir con el niño/a alguna situación que hayamos pasado similar.

Otro aspecto es compartir con ellos qué estamos sintiendo nosotros. Y para finalizar el intercambio hay que buscar una solución, llevarle a encontrar una solución, en primer lugar, que surja de el/ella y si no darle sugerencias hasta llegar a un punto común en el que ambos estén de acuerdo. En cuanto se cree un espacio de escucha y de respeto el acuerdo será mucho más fácil.

Una de las grandes herramientas de la disciplina positiva, enfocada en el respeto y en el no juicio, son las preguntas. Estas siempre dan un margen, una respuesta, y nos facilitan llegar a consecuencias lógicas. Lo que quiere decir que la consecuencia sea de acuerdo al hecho ocurrido. Por ejemplo, si durante una ducha la puerta no se quedó bien cerrada y el suelo se mojó, antes de soltar el típico sermón, “te he dicho miles de veces que cierres bien la puerta de la ducha, mira lo que ha pasado, ahora todo el suelo esta mojado, con el baño recién limpio, etc, etc, etc” podemos preguntar ¿Qué ha pasado? (Aunque sea evidente) ¿Cómo lo podemos solucionar? El/la niña puede secar el agua, explicar lo sucedido y asunto solucionado. Si elegimos el camino automático, soltaremos el sermón, el niño/a se echará a llorar, nos pondremos a secar el agua, dejaremos al niño sin dibujos y acabaremos todos enfadados y dolidos. Sé que es fácil decirlo, y nada sencillo llevarlo a cabo. Todo en esta vida requiere empeño, perseverancia y toneladas de paciencia y más aún cuando se trata de formar para el futuro a una personita que está en pleno proceso de crecimiento, no sólo a nivel físico sino también emocional, que bajo mi punto de vista es el aspecto primordial, tendría que ser nuestro mayor anhelo. Tener hijos/as íntegros, seguros y sobretodo felices.

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